Te despertaste... Te diste cuenta que era ese día... El que creíste que jamás llegaría, por el que llorabas consolada y decías, llegará ese día...
De pronto volteas, y al paso, se convierten uno a uno en los simples mortales que eran, y te notas, totalmente, con la capacidad de sorprender, de sorprenderlo... De sorprenderte...
Pero definitivamente, no es el mismo, y no eres la misma, aunque siga siendo parte del aire que entra a tu cuerpo, que entra y sale cada segundo, y que aunque no lo piensas, es vital...
Entre mil dudas, niegas que piensas en él, pero tu orgullo, es cada día más grande... Y niegas que hablas más de él que de los tragos amargos, y recapitulas... Ese día es hoy, y aunque sin lágrimas, desearía que estuvieses aqui...
martes, 5 de enero de 2010
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